2.11.09

la chica de las pompas de jabón

La chica de las pompas de jabón gasta ojos viejos de gato juguetón.

Siempre se sienta en medio de la plaza, con su enorme barreño y un montón de alambres redondos, con rabito, y no para de moverlos como una bruja buena fabricando sueños en el agua, hasta que hace tanta espuma que se ríe cuado el viento se la hecha encima y le hace cosquillas. Los días de mercado todos esperan a que aparezca, y los niños corren a su alrededor nada más verla. Juega a ser duende reencarnado, contador ancestral de historias y acompaña siempre su palabra con burbujas suspendidas en el aire, que la brisa moldea a su gusto para darles, por un instante, la forma de todo tipo de personajes mientras la luz los dota de vida en el tiempo de un parpadeo. La chica va saltando de historia en historia, a cada cual más extravagante e increíble, sin acabar ninguna, tejiendo un enorme cuento hecho de recosidos de piruetas entre fantasía. Entretiene a los más pequeños con aventuras y fábulas y a los más grandes con recuerdos de viejos ensueños, enseñándoles a no perder jamás el brillo de la mirada, como cuando eran críos y la chica de las pompas de jabón venía a contarles cuentos a la plaza del mercado.

Y cuando ya no queda nadie que escuche sus relatos la chica de las burbujas se marcha, saltando en los charchos de luz en el día soleado, mientras canta una canción rescatada desde el fondo del baúl de su imaginación.

Imagen por: Flickr

2 comentarios:

Espérame en Siberia dijo...

Gracias por tu visita. Soy preguntona por naturaleza. Naturaleza de periodista, of course. A veces es curioso ver la reacción de las personas cuando les haces la pregunta que les remueve los esquemas, jajaja.

Muá.

Anónimo dijo...

Me gusta la chica de las pompas de jabón, me quedaría muchas horas con ella y no me aburriría ni un milisegundo =)

Me quedo en tu rincón especial y me parasaré cada vez que pueda =)